RESUMEN
A través de este documento se presentan diversos lineamientos de
búsqueda para el proyecto personal de Taller de Producción II. Entre ellos son
mencionados antecedentes realizados a través de un ejercicio de indagación
personal que se remiten al espacio personal articulado desde lo colectivo,
dentro de situaciones atmosféricas domésticas caracterizadas por la presencia de
fuentes lumínicas y sonoras particulares.
Bajo ésta premisa, se buscará trabajar en el lenguaje de la instalación,
en una casa desocupada o abandonada, la que será ambientada a través de luz y
sonido en un contexto nocturno que genere una experiencia de recorrido espacial
en donde se motive el estímulo perceptual.
Se pretende lograr una atmósfera que remita a espacios específicos de
una casa sin su carga objetual, apelando únicamente a las sensaciones que éstos
lugares evocan. Bajo ésta lógica fueron observados los trabajos de los artistas
Massimo Uberti, quien trabaja desde la configuración espacial a través de la
luz, y por otra parte, Rainer Krause, cuyo cuerpo de obra se avoca a lo sonoro.
Ambos, desde sus respectivos trabajos visuales y sonoros, se complementan con
el aporte teórico de Gastón Bachelard, quien ayuda a definir el espacio doméstico
desde parámetros conceptuales en tanto su significación y carga simbólica
dentro de habitar.
Para la realización del proyecto son detalladas las estrategias tanto
como la metodología especificada en etapas, las que contribuirán con el
desarrollo del trabajo cuyo propósito es la producción de una serie, la que a
través de registros y edición, será publicada en un medio digital.
ANTECEDENTES
A través del ejercicio de Caja de Memoria, se originó una instancia de
concientización y bagaje visual específico sobre situaciones familiares,
relativas a objetos de memoria o espacios de sentido. Gracias a ellos pude observar
aspectos de interés referente al lugar en donde vivo, que responde a una lógica
de espacio privado-colectivo, en donde no sólo mi núcleo familiar desarrolla su
rutina diaria, sino que existen áreas de tránsito compartido por el resto de
las personas que viven en este gran sitio en donde está mi casa, lo que les
otorga a estos espacios una suerte de administración
común por todos quienes reacomodamos de acuerdo a nuestras necesidades
espaciales, respetando siempre el carácter colectivo de éstos. Esto provoca una
articulación de cambio constante en la composición de estos espacios, que en su
mayoría, son el reflejo de las situaciones personales de cada uno de quienes los intervenimos.
A su vez, esta misma concentración recargada de objetos le otorga una
carga atmosférica importante a los lugares de trabajo que se configuran como
espacios de taller. Éstos construyen lógicas de sentido particulares para
quienes desarrollan sus actividades en ese determinado entorno, no siendo así
para agentes externos que se enfrentan al espacio de manera superficial
observando patrones que sólo remiten a composición visual más allá de la utilitaria
con la que están organizados – o desorganizados –. Bajo este parámetro, se
definen inmediatamente límites de pertenencia con el lugar, que provocan una
familiaridad unívoca para quien ejerce dominio mediante esta apropiación
espacial.
Este mismo aspecto, aquellas áreas de trabajo se van implementando de
manera circunstancial y de acuerdo a necesidades específicas de objetos
funcionales, los que ocasionalmente pierden su sentido quedando a la espera de
ser utilizados eventualmente. Los cambios ocurridos en esta articulación
suceden de manera progresiva, evolucionando a través del tiempo, y
consecutivamente, quedando vulnerables a construcciones y deconstrucciones
constantes. A través de esto, se erige de manera importante la valoración del
proceso de trabajo en torno a esa carga visual, en donde cada etapa y cada
gesto particular, se transforma en un acontecimiento importante para lograr una
imagen propensa a diluirse de forma continua.
Una manera importante de lograr esa apreciación, es a través de la
consciencia escrita o fotográfica de este tipo de ambientes, lo que permite
obtener un registro de la evolución que sufren, en tanto la visualidad que
generan. Ésta habilidad del apunte es significativa a través de mi experiencias
personales en tanto me permite obtener una validación escrita de ideas o
pensamientos que ocurren de manera espontánea e improvisada, de tal manera que
en lo efímero de su comportamiento, contribuyan en una base conceptual en la
cual profundizar y con la que se puede preservar la fugacidad del momento.
ASUNTO DE INTERÉS
De acuerdo a esto aspectos detallados en el encuentro con espacios de
sentido, y bajo la lógica entendida entre la estrecha relación del espacio
íntimo que se manifiesta a través de una convivencia compartida, destaco como
suceso importante la atmósfera que se genera en éste tipo de encuentros
personales, que se especifican dentro de particularidades otorgadas por quien
ejerce dominio sobre ciertos límites espaciales, y que provoca una importante
relación de pertenencia con aquel lugar, que nos hace empatizar con él desde
diferentes parámetros sensoriales, determinado por un ambiente que nos acoge a
través de una experiencia empírica selectiva. Esto nos invita a realizar diferentes
lecturas hechas a partir de su constitución perceptual y que depende
fundamentalmente de las condiciones lumínicas y sonoras que éste posea,
provocando manifestaciones atmosféricas envolventes. Éste tipo de estímulos,
que dejan de lado la presencia objetual con la que normalmente está cargado el
espacio doméstico, busca, desde lo inmaterial, evocar lo tangible a través de
una experiencia de inmersividad sensitiva en el espacio.
IMAGEN O CUERPO DE INTERÉS
Para la realización visual desprendida de la exploración del ejercicio
encargado, será utilizada una casa deshabitada y abandonada. La elección de
éstas cualidades arquitectónicas, tienen por objeto la reutilización del lugar
para contribuir con una reinterpretación de lo que significa un habitar que ha
permanecido inactivo por un largo periodo, y que sin embargo, conserva la condición
espacial original de habitáculo así como su sentido de utilización, situación
que se pretende desvelar mediante la utilización de luz y sonido. Ambos
elementos serán los que vuelvan a resignificar el lugar brindando una atmósfera
que exponga a las habitaciones (dos como mínimo) a través de una ambientación,
realizada en una escena nocturna, que remita a un espacio definido de la casa según
sus características visuales y sonoras, mediando una comprensión de las
funciones particulares de cada una, que da a entender una manera de operar
específica en tanto se establece diferencias respecto del acondicionamiento
lumínico que se complementa con sus referencias sonoras respectivas.
Manifiestamente, se hará alusión a espacios de uso y tránsito definido,
específico y reconocible, sin necesidad de evidenciarse por sus características
objetuales, sino únicamente perceptuales desde lo lumínico y lo sonoro, que den
cuenta del dominio que se ejerce convencionalmente dentro de cada habitación.
PROYECCIÓN
Se dispondrán luces de diferentes intensidades y temperaturas en
distintas habitaciones de la casa. Éstas serán acondicionadas previamente para
eliminar elementos distractores que interrumpan el tránsito por el lugar. Serán
ubicados parlantes en cada una de las habitaciones, las que idealmente no serán
contiguas para no generar el acople de los sonidos. En cada una de ellas, en
una panorámica externa, se podrá apreciar un ambiente distinto que remita a
diferentes situaciones domésticas, a través del resplandecer de la luz, y por
otra parte, la experiencia pretende lograr una inmersión complementaria a
través del estímulo auditivo.
ESTRATEGIAS
Las estrategias que se utilizarán para lograr esta proyección, será una
instalación que proporcione la experiencia perceptual, contemplativa y
auditiva, de una atmósfera controlada.
La instalación será la manera de abordar la estrategia creativa, ésta se
pretende lograr a través de la comprensión del lugar por medio de la
exploración e identificación de situaciones domésticas que de manera lumínica y
auditiva entreguen una información clara y específica del lugar.
El recorrido, la utilización, y la experiencia física dentro del espacio
se configuran también como ejes centrales del procedimiento.
REFERENTES TEÓRICOS
Como referentes, el trabajo de Gaston Bachelard sobre ‘La poética del
espacio’ (1957) profundiza sobre la carga sensitiva del espacios, bajo
diferentes premisas; una de las de interés hace referencia a la casa, el hogar,
como el primer universo del hombre, rincón del mundo que nos entrega protección
y defensa frente a la hostilidad del exterior. De ésta manera, el individuo
resguarda éste lugar pues es aquí en donde desarrolla sus primeras reflexiones
del entorno, potenciando el conocimiento e impulsando la imaginación. Así
desarrolla una relación de intimidad con su lugar de refugio, en donde ha
generados recuerdos que no sólo pueden ser
objetuales que respondan a una utilización funcional, sino que
asimilaciones mentales en donde se generan lazos inequívocos, pues como señala
Bachelard “nos reconfortamos reviviendo recuerdos de protección (…)” señalando
además, y reflejando lo que quizás se puede interpretar visualmente, que “los
recuerdos del mundo exterior no tendrán nunca la misma tonalidad de los
recuerdos de la casa” (35; 1957). Éstas situaciones reafirman la importancia
del espacio personal como aquel capaz de conmover en términos de reminiscencia
tangible como quizás no lo hace otro espacio a lo largo de nuestras vidas; el
lugar en donde se origina nuestra primera visión del mundo, y en donde se
acogen nuestros más íntimos pensamientos.
Por ello, la reafirmación del desvelar del espacio abandonado me parece
un ejercicio de memoria y valoración del deshabitar como testimonio de un
habitar que se mantiene interrumpido, y que permanecerá latente hasta que sus
historias particulares desaparezcan en conjunto con el lugar, pues ambos no pueden
jamás disociarse.
Por otra parte, a nivel de referente visual, el trabajo de Massimo
Uberti indaga en la utilización de la luz como medio generador de espacios de
manera sintética. Sus trabajos potencian la búsqueda de ligereza en tanto
articula áreas de interior a través del neón, el que construye referencias
espaciales que rearticulan a través de la contraposición estructural. Para
Uberti, el espacio “es sólo iluminación, en un doble sentido es a la vez fuente
de luz y luminosidad misma, y es gracias al sacrificio minucioso del volumen en
búsqueda de liviandad, que logra convertirse en infinito, generando espacios
por hibridación, nuevos y más allá de sus límites”[1].
Su trabajo quiere advertir la capacidad espacial de la luz para promover la
idea del prevalecer de sus cualidades perceptuales, idea que hace alusión clara
a los lineamientos conceptuales que busco en la propuesta, en tanto que la forma de
utilizar el espacio no sólo descansa en su factibilidad física, sino en la
forma de concebir el lugar a través de una proyección a nivel genérico: su
carácter personal, en conjunto, desarrolla una forma de concebir mayor que
busca prevalecer.
En términos del recurso sonoro, Rainer Krause, artista sonoro alemán que
desarrolla parte importante de su cuerpo de obra en Chile, propone
aspectos interesantes en cuanto a la condicionante sonora inmerso en el
espacio, logrando que éste cobre sentido y se potencie en tanto el mismo sonido
es potenciado, vale decir, el montaje de uno debe considerar las características
dimensionales del otro para lograr una puesta completa, que permita de forma
viable la relación e interacción que éste pueda obtener del – y con – el
espectador. En palabras del artista “la instalación sonora no solamente se
exhibe en el espacio, sino que se la integra en él”, por lo que una
distribución estratégica a través del medio en donde se expone, cobra una
importancia sustantiva para guiar una obtención de sentido por parte del espectador.
Guía que busca presentar posibilidades en él de tal forma que construya sus
propias relaciones a través de atenciones selectivas gracias a una invitación de
desplazamiento físico en el lugar.
Su indagación sobre esta materia, en tanto espacio, sonido y experiencia
del espectador, se resume de manera precisa en parte de una ponencia “El sonido
instalado”:
“Esta manera de percibir la instalación sonora, especialmente este componer secuencias de estímulos a través del desplazamiento físico, se asemeja a la percepción de una realidad urbana en general, donde las superposiciones de estímulos visuales y sonoros (y táctiles, olfatorios, etc.) se enfrentan con una selección de las atenciones sucesivas y la construcción de significados personales. Esta percepción multisensorial, habitual en la vida cotidiana, pero no reflexionada, se hace consciente en la instalación sonora. En este contexto entiendo la instalación como “formato de correspondencia”, apto para ensayar modos de percepción conscientes para la cotidianidad.”
Esto resume de manera asertiva y puntual cuáles son los ejes
fundamentales de la idea que se plantea sobre la instalación, que mezcla ambos
elementos sensoriales de luz y sonido a través de un espacio que busca ser re-llenado
de sentido, no a través de una imposición frente a él, de manera pasiva e
impersonal en tanto experiencia corporal, sino que en él, integrándose de manera completa en el espacio, lo que
involucra una sumisión consciente y reflexionada sobre el entorno inmediato
corpóreo y personal al que cada uno de los espectadores se enfrenta, remitiendo
experiencias íntimas que potencialmente puedan verse reflejadas en esta
manipulación espacial
MAPA CONCEPTUAL
REFERENTE VISUAL
Rúbrica (2003), Gonzalo Díaz |
Environment en el Centro de Arte Matucana 100, Santiago. Iluminación en rojo del espacio con 78 focos de 1,200 W, modificación de la entrada de luz por las ventanas del recinto, 14 textos en neón y audio, 800 x 3,200 x 5,500 cm. El audio es un mix de la primera estrofa de Los enamorados cantada por María Martha Serra Lima y ruidos de interferencias radiales. La obra permaneció abierta al público 240 horas, desde el 3 al 13 de octubre. Realizada en el trigésimo aniversario del golpe de estado, refiere a la experiencia de la tortura.[2]
La obra de Gonzalo Díaz hace referencias a situaciones técnicas a las
cuales se busca llegar en la propuesta: utilización de la luz para lograr una
ambientación que se complementa con el uso del sonido, a través de un recorrido
espacial que infiere sensaciones particulares a través de la experiencia con el
lugar en donde se sugiere una inmersión perceptual despojada de lo objetual. El
espacio no es soporte sino obra, y la obra a su vez pasa a modificar
enteramente el espacio gracias a sus condiciones atmosféricas.
Desinhabitado (2015), Angelina Barbieri e Iván Maldonado |
El vestigio en la
arquitectura se presenta en nuestro panorama visual de forma cotidiana, y en
conjunto con transcurrir del tiempo y sus resabios, nos hacemos conscientes del escenario formado
a partir del abandono que infiere la presencia humana dentro del amparo del
dominio natural.
En el movimiento de
estos elementos, se definen sus parámetros de habitabilidad e inhabitabilidad, los
que al mismo tiempo determinan las dinámicas de los espacios que actualmente se
encuentran en abandono, y que permiten que se puedan establecer o no,
relaciones frente a la naturaleza que nos circunda.
Bajo este paradigma
visual, Desinhabitado se construye a partir de la alusión a éstos espacios que
permanecen inadvertidos dentro de la monotonía del habitar inconsciente dentro
de la ciudad.
La forma de solucionar
esta problemática visual, fue mediada por procesos constructivos con cemento,
fierros, ladrillos, y plumavit, conformando un cuerpo volumétrico de un alto
total de 2 m, que se alza a través de cuatro módulos que en su interior poseen
un vacío unificador que aloja a elementos
que componen el bloque en forma matérica,y lumínica en conjunto con elementos naturales.
Sus dimensiones buscan
coherencia con la condición de habitáculo, que debe ser recorrido y
experimentado a través del movimiento de quien se acerca. De esta forma, se
abandona la formalidad objetual para pasar a ser un elemento visual
contundente, que hace una invitación a descubrir qué es lo que sucede por fuera
y por dentro bajo criterios de tratamiento compositivo en términos visuales y
plásticos.
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