sábado, 28 de noviembre de 2015

PROPUESTA DE LÍNEA DE PRODUCCIÓN ARTÍSTICO-VISUAL

RESUMEN


A través de este documento se presentan diversos lineamientos de búsqueda para el proyecto personal de Taller de Producción II. Entre ellos son mencionados antecedentes realizados a través de un ejercicio de indagación personal que se remiten al espacio personal articulado desde lo colectivo, dentro de situaciones atmosféricas domésticas caracterizadas por la presencia de fuentes lumínicas y sonoras particulares.

Bajo ésta premisa, se buscará trabajar en el lenguaje de la instalación, en una casa desocupada o abandonada, la que será ambientada a través de luz y sonido en un contexto nocturno que genere una experiencia de recorrido espacial en donde se motive el estímulo perceptual.

Se pretende lograr una atmósfera que remita a espacios específicos de una casa sin su carga objetual, apelando únicamente a las sensaciones que éstos lugares evocan. Bajo ésta lógica fueron observados los trabajos de los artistas Massimo Uberti, quien trabaja desde la configuración espacial a través de la luz, y por otra parte, Rainer Krause, cuyo cuerpo de obra se avoca a lo sonoro. Ambos, desde sus respectivos trabajos visuales y sonoros, se complementan con el aporte teórico de Gastón Bachelard, quien ayuda a definir el espacio doméstico desde parámetros conceptuales en tanto su significación y carga simbólica dentro de habitar.

Para la realización del proyecto son detalladas las estrategias tanto como la metodología especificada en etapas, las que contribuirán con el desarrollo del trabajo cuyo propósito es la producción de una serie, la que a través de registros y edición, será publicada en un medio digital.



ANTECEDENTES


A través del ejercicio de Caja de Memoria, se originó una instancia de concientización y bagaje visual específico sobre situaciones familiares, relativas a objetos de memoria o espacios de sentido. Gracias a ellos pude observar aspectos de interés referente al lugar en donde vivo, que responde a una lógica de espacio privado-colectivo, en donde no sólo mi núcleo familiar desarrolla su rutina diaria, sino que existen áreas de tránsito compartido por el resto de las personas que viven en este gran sitio en donde está mi casa, lo que les otorga a estos espacios una suerte de administración común por todos quienes reacomodamos de acuerdo a nuestras necesidades espaciales, respetando siempre el carácter colectivo de éstos. Esto provoca una articulación de cambio constante en la composición de estos espacios, que en su mayoría, son el reflejo de las situaciones personales de cada uno de quienes los intervenimos.

A su vez, esta misma concentración recargada de objetos le otorga una carga atmosférica importante a los lugares de trabajo que se configuran como espacios de taller. Éstos construyen lógicas de sentido particulares para quienes desarrollan sus actividades en ese determinado entorno, no siendo así para agentes externos que se enfrentan al espacio de manera superficial observando patrones que sólo remiten a composición visual más allá de la utilitaria con la que están organizados – o desorganizados –. Bajo este parámetro, se definen inmediatamente límites de pertenencia con el lugar, que provocan una familiaridad unívoca para quien ejerce dominio mediante esta apropiación espacial.

Este mismo aspecto, aquellas áreas de trabajo se van implementando de manera circunstancial y de acuerdo a necesidades específicas de objetos funcionales, los que ocasionalmente pierden su sentido quedando a la espera de ser utilizados eventualmente. Los cambios ocurridos en esta articulación suceden de manera progresiva, evolucionando a través del tiempo, y consecutivamente, quedando vulnerables a construcciones y deconstrucciones constantes. A través de esto, se erige de manera importante la valoración del proceso de trabajo en torno a esa carga visual, en donde cada etapa y cada gesto particular, se transforma en un acontecimiento importante para lograr una imagen propensa a diluirse de forma continua.

Una manera importante de lograr esa apreciación, es a través de la consciencia escrita o fotográfica de este tipo de ambientes, lo que permite obtener un registro de la evolución que sufren, en tanto la visualidad que generan. Ésta habilidad del apunte es significativa a través de mi experiencias personales en tanto me permite obtener una validación escrita de ideas o pensamientos que ocurren de manera espontánea e improvisada, de tal manera que en lo efímero de su comportamiento, contribuyan en una base conceptual en la cual profundizar y con la que se puede preservar la fugacidad del momento.


ASUNTO DE INTERÉS


De acuerdo a esto aspectos detallados en el encuentro con espacios de sentido, y bajo la lógica entendida entre la estrecha relación del espacio íntimo que se manifiesta a través de una convivencia compartida, destaco como suceso importante la atmósfera que se genera en éste tipo de encuentros personales, que se especifican dentro de particularidades otorgadas por quien ejerce dominio sobre ciertos límites espaciales, y que provoca una importante relación de pertenencia con aquel lugar, que nos hace empatizar con él desde diferentes parámetros sensoriales, determinado por un ambiente que nos acoge a través de una experiencia empírica selectiva. Esto nos invita a realizar diferentes lecturas hechas a partir de su constitución perceptual y que depende fundamentalmente de las condiciones lumínicas y sonoras que éste posea, provocando manifestaciones atmosféricas envolventes. Éste tipo de estímulos, que dejan de lado la presencia objetual con la que normalmente está cargado el espacio doméstico, busca, desde lo inmaterial, evocar lo tangible a través de una experiencia de inmersividad sensitiva en el espacio.



 IMAGEN O CUERPO DE INTERÉS


Para la realización visual desprendida de la exploración del ejercicio encargado, será utilizada una casa deshabitada y abandonada. La elección de éstas cualidades arquitectónicas, tienen por objeto la reutilización del lugar para contribuir con una reinterpretación de lo que significa un habitar que ha permanecido inactivo por un largo periodo, y que sin embargo, conserva la condición espacial original de habitáculo así como su sentido de utilización, situación que se pretende desvelar mediante la utilización de luz y sonido. Ambos elementos serán los que vuelvan a resignificar el lugar brindando una atmósfera que exponga a las habitaciones (dos como mínimo) a través de una ambientación, realizada en una escena nocturna, que remita a un espacio definido de la casa según sus características visuales y sonoras, mediando una comprensión de las funciones particulares de cada una, que da a entender una manera de operar específica en tanto se establece diferencias respecto del acondicionamiento lumínico que se complementa con sus referencias sonoras respectivas. 

Manifiestamente, se hará alusión a espacios de uso y tránsito definido, específico y reconocible, sin necesidad de evidenciarse por sus características objetuales, sino únicamente perceptuales desde lo lumínico y lo sonoro, que den cuenta del dominio que se ejerce convencionalmente dentro de cada habitación.


 PROYECCIÓN


Se dispondrán luces de diferentes intensidades y temperaturas en distintas habitaciones de la casa. Éstas serán acondicionadas previamente para eliminar elementos distractores que interrumpan el tránsito por el lugar. Serán ubicados parlantes en cada una de las habitaciones, las que idealmente no serán contiguas para no generar el acople de los sonidos. En cada una de ellas, en una panorámica externa, se podrá apreciar un ambiente distinto que remita a diferentes situaciones domésticas, a través del resplandecer de la luz, y por otra parte, la experiencia pretende lograr una inmersión complementaria a través del estímulo auditivo.


 ESTRATEGIAS


Las estrategias que se utilizarán para lograr esta proyección, será una instalación que proporcione la experiencia perceptual, contemplativa y auditiva, de una atmósfera controlada.

La instalación será la manera de abordar la estrategia creativa, ésta se pretende lograr a través de la comprensión del lugar por medio de la exploración e identificación de situaciones domésticas que de manera lumínica y auditiva entreguen una información clara y específica del lugar.

El recorrido, la utilización, y la experiencia física dentro del espacio se configuran también como ejes centrales del procedimiento.



REFERENTES  TEÓRICOS       

                                    

Como referentes, el trabajo de Gaston Bachelard sobre ‘La poética del espacio’ (1957) profundiza sobre la carga sensitiva del espacios, bajo diferentes premisas; una de las de interés hace referencia a la casa, el hogar, como el primer universo del hombre, rincón del mundo que nos entrega protección y defensa frente a la hostilidad del exterior. De ésta manera, el individuo resguarda éste lugar pues es aquí en donde desarrolla sus primeras reflexiones del entorno, potenciando el conocimiento e impulsando la imaginación. Así desarrolla una relación de intimidad con su lugar de refugio, en donde ha generados recuerdos que no sólo pueden ser  objetuales que respondan a una utilización funcional, sino que asimilaciones mentales en donde se generan lazos inequívocos, pues como señala Bachelard “nos reconfortamos reviviendo recuerdos de protección (…)” señalando además, y reflejando lo que quizás se puede interpretar visualmente, que “los recuerdos del mundo exterior no tendrán nunca la misma tonalidad de los recuerdos de la casa” (35; 1957). Éstas situaciones reafirman la importancia del espacio personal como aquel capaz de conmover en términos de reminiscencia tangible como quizás no lo hace otro espacio a lo largo de nuestras vidas; el lugar en donde se origina nuestra primera visión del mundo, y en donde se acogen nuestros más íntimos pensamientos.

Por ello, la reafirmación del desvelar del espacio abandonado me parece un ejercicio de memoria y valoración del deshabitar como testimonio de un habitar que se mantiene interrumpido, y que permanecerá latente hasta que sus historias particulares desaparezcan en conjunto con el lugar, pues ambos no pueden jamás disociarse.

Por otra parte, a nivel de referente visual, el trabajo de Massimo Uberti indaga en la utilización de la luz como medio generador de espacios de manera sintética. Sus trabajos potencian la búsqueda de ligereza en tanto articula áreas de interior a través del neón, el que construye referencias espaciales que rearticulan a través de la contraposición estructural. Para Uberti, el espacio “es sólo iluminación, en un doble sentido es a la vez fuente de luz y luminosidad misma, y es gracias al sacrificio minucioso del volumen en búsqueda de liviandad, que logra convertirse en infinito, generando espacios por hibridación, nuevos y más allá de sus límites”[1]. Su trabajo quiere advertir la capacidad espacial de la luz para promover la idea del prevalecer de sus cualidades perceptuales, idea que hace alusión clara a los lineamientos conceptuales que busco en la propuesta, en tanto que la forma de utilizar el espacio no sólo descansa en su factibilidad física, sino en la forma de concebir el lugar a través de una proyección a nivel genérico: su carácter personal, en conjunto, desarrolla una forma de concebir mayor que busca prevalecer.

En términos del recurso sonoro, Rainer Krause, artista sonoro alemán que desarrolla parte importante de su cuerpo de obra en Chile, propone aspectos interesantes en cuanto a la condicionante sonora inmerso en el espacio, logrando que éste cobre sentido y se potencie en tanto el mismo sonido es potenciado, vale decir, el montaje de uno debe considerar las características dimensionales del otro para lograr una puesta completa, que permita de forma viable la relación e interacción que éste pueda obtener del – y con – el espectador. En palabras del artista “la instalación sonora no solamente se exhibe en el espacio, sino que se la integra en él”, por lo que una distribución estratégica a través del medio en donde se expone, cobra una importancia sustantiva para guiar una obtención de sentido por parte del espectador. Guía que busca presentar posibilidades en él de tal forma que construya sus propias relaciones a través de atenciones selectivas gracias a una invitación de desplazamiento físico en el lugar.

Su indagación sobre esta materia, en tanto espacio, sonido y experiencia del espectador, se resume de manera precisa en parte de una ponencia “El sonido instalado”:

“Esta manera de percibir la instalación sonora, especialmente este componer secuencias de estímulos a través del desplazamiento físico, se asemeja a la percepción de una realidad urbana en general, donde las superposiciones de estímulos visuales y sonoros (y táctiles, olfatorios, etc.) se enfrentan con una selección de las atenciones sucesivas y la construcción de significados personales. Esta percepción multisensorial, habitual en la vida cotidiana, pero no reflexionada, se hace consciente en la instalación sonora. En este contexto entiendo la instalación como “formato de correspondencia”, apto para ensayar modos de percepción conscientes para la cotidianidad.”

Esto resume de manera asertiva y puntual cuáles son los ejes fundamentales de la idea que se plantea sobre la instalación, que mezcla ambos elementos sensoriales de luz y sonido a través de un espacio que busca ser re-llenado de sentido, no a través de una imposición frente a él, de manera pasiva e impersonal en tanto experiencia corporal, sino que en él, integrándose de manera completa en el espacio, lo que involucra una sumisión consciente y reflexionada sobre el entorno inmediato corpóreo y personal al que cada uno de los espectadores se enfrenta, remitiendo experiencias íntimas que potencialmente puedan verse reflejadas en esta manipulación espacial



MAPA CONCEPTUAL




REFERENTE VISUAL

Rúbrica (2003), Gonzalo Díaz
Environment en el Centro de Arte Matucana 100, Santiago. Iluminación en rojo del espacio con 78 focos de 1,200 W, modificación de la entrada de luz por las ventanas del recinto, 14 textos en neón y audio, 800 x 3,200 x 5,500 cm. El audio es un mix de la primera estrofa de Los enamorados cantada por María Martha Serra Lima y ruidos de interferencias radiales. La obra permaneció abierta al público 240 horas, desde el 3 al 13 de octubre. Realizada en el trigésimo aniversario del golpe de estado, refiere a la experiencia de la tortura.[2]

La obra de Gonzalo Díaz hace referencias a situaciones técnicas a las cuales se busca llegar en la propuesta: utilización de la luz para lograr una ambientación que se complementa con el uso del sonido, a través de un recorrido espacial que infiere sensaciones particulares a través de la experiencia con el lugar en donde se sugiere una inmersión perceptual despojada de lo objetual. El espacio no es soporte sino obra, y la obra a su vez pasa a modificar enteramente el espacio gracias a sus condiciones atmosféricas.



Desinhabitado (2015), Angelina Barbieri e Iván Maldonado



El vestigio en la arquitectura se presenta en nuestro panorama visual de forma cotidiana, y en conjunto con transcurrir del tiempo y sus resabios,  nos hacemos conscientes del escenario formado a partir del abandono que infiere la presencia humana dentro del amparo del dominio natural.

En el movimiento de estos elementos, se definen sus parámetros de habitabilidad e inhabitabilidad, los que al mismo tiempo determinan las dinámicas de los espacios que actualmente se encuentran en abandono, y que permiten que se puedan establecer o no, relaciones frente a la naturaleza que nos circunda.

Bajo este paradigma visual, Desinhabitado se construye a partir de la alusión a éstos espacios que permanecen inadvertidos dentro de la monotonía del habitar inconsciente dentro de la ciudad.
La forma de solucionar esta problemática visual, fue mediada por procesos constructivos con cemento, fierros, ladrillos, y plumavit, conformando un cuerpo volumétrico de un alto total de 2 m, que se alza a través de cuatro módulos que en su interior poseen un vacío unificador que  aloja a elementos que componen el bloque en forma matérica,y  lumínica en conjunto con elementos naturales.


Sus dimensiones buscan coherencia con la condición de habitáculo, que debe ser recorrido y experimentado a través del movimiento de quien se acerca. De esta forma, se abandona la formalidad objetual para pasar a ser un elemento visual contundente, que hace una invitación a descubrir qué es lo que sucede por fuera y por dentro bajo criterios de tratamiento compositivo en términos visuales y plásticos.



[1] Texto recogido de la página del artista: http://massimouberti.it


[2] Texto extraído de http://www.copiareleden.com                  

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